Investigadores de la Universidad de California, en 1986, concluyeron que todos los humanos son descendientes de una mujer que surgió en África hace más de 100 mil años, y que llegó a ser llamada "Eva Mitocondrial". Otros investigadores han concluido que aproximadamente 60 mil años un solo cromosoma Y, desde la aparición del hombre en la Tierra, comenzó a predominar y se conoció como el “cromosoma Y de Adam”.
Por el conocimiento de la genética, Adán y Eva no se conocieron, pero quien apareció en África no fue Eva sino el hombre creado en la Tierra a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:27). Adán y Eva (Génesis 2:7) se formaron en Edén hace 66 mil años. Este hecho quedó registrado en el ADN humano a través de la mutación del FOXP2, uno de los genes responsables del habla. Más tarde, Dios envió a Noé y su familia a la Tierra y trajo la herencia genética "Adán del cromosoma Y" y "Eva mitocondrial".
Se puede entender a través del estudio anterior, que Seth, el tercer hijo de Adán y Eva, se casó con una hija de los hombres de la Tierra, quien tenía el cromosoma X, mientras que el cromosoma Y, donde está el conocimiento del bien y del mal, fue se originó en el Edén.
La humanidad no desciende de la creación original (Génesis 1:27), porque fue destruida en el diluvio, desciende de Adán y Eva, formada en el Edén. Dios envió a Noé, su familia y los animales, y fueron salvados en el diluvio (Génesis 6:13).
● Génesis 6:7 » Y dijo Jehová: Raeré los hombres que he criado de sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo: porque me arrepiento de haberlos hecho.
El ser humano por herencia genética puede tener pocos o muchos recursos (tamaño físico, mucha memoria, procesamiento rápido, etc.), pero no funciona solo a través de la materia (hardware), necesita espíritu, alma y dones. El espíritu es similar al sistema operativo, el alma es una interfaz que permite que el espíritu se comunique con el cuerpo, y los dones son similares a las aplicaciones, y también hay virus que causan daño a los hombres. No hay dos seres humanos iguales, cada ser humano tiene una configuración diferente.
El evolucionismo asume que las especies surgieron (macroevolución) de forma natural en el planeta Tierra, sin la participación de Dios. Quienes defienden la macroevolución de las especies están más para negar a Dios que para defender una teoría. La teoría de la evolución de las especies no explica la existencia del alma y el espíritu de los hombres.
Estos temas se aclaran a través del libro Tiempo de Dios, en idioma portugués.
Vea la historia completa:
Tiempo de Dios.
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